Estos últimos meses han supuesto un reto para muchos sectores de la economía y la sociedad. El comercio internacional ha sufrido uno de los cambios más grandes porque en su propia naturaleza está la necesidad de viajar para conectar con sus clientes extranjeros. Al estar tan reducida esta modalidad, el comercio internacional ha tenido que adaptar sus rutinas para continuar con sus relaciones.
Javier Valero Martín, director de Desarrollo de Negocio de Globaltec; y Jorge Cabeza Delgado, que se encarga de desarrollar oportunidades en países emergentes en SATEC, hablaron con los alumnos de Administración de Empresas sobre su propia experiencia durante estos meses de crisis y cómo se han adaptado a la situación.
Javier Valero comenzó explicando que “antes del coronavirus, en el comercio exterior teníamos preocupación por la lucha comercial entre EEUU y China, el Brexit, el medioambiente y en buscar una posición favorable en África como futuro comercial. Sin embargo, en marzo experimentamos un parón económico, social e industrial con un efecto de crisis mundial a todos los niveles”.
Valero compartió con los alumnos los nuevos desafíos a los que han tenido que hacer frente. Por un lado “podemos colocar menos producto en el mercado” porque hay menos gasto por parte de los clientes y menos movimientos. Si, además, tenemos en cuenta que los clientes potenciales se encuentran en países extranjeros, conectar con ellos se plantea como un verdadero reto. La tecnología a disposición de la comunicación está muy avanzada y nos permite mantener relaciones con personas, pero Valero explicó que “a pesar de las tecnologías vemos que no es igual tener al cliente en una pantalla que delante de ti para vender un producto”.
Los empresarios y la globalización
Los empresarios, en cuestión de semanas, han tenido que modificar su organización interna y su forma de trabajar. Una de las soluciones ha sido “buscar clientes más cercanos”. Según el director de Desarrollo de Negocio de Globaltec, “nos estamos planteando si la globalización funciona y si
hay que tener la cadena de producción tan descentralizada” porque eso les ha supuesto una rotura de stock de producto en algunas ocasiones por el cierre de ciertas industrias.
También han detectado que existe un mayor proteccionismo por parte de los países y que la imagen de cómo cada país está manejando la crisis por la pandemia influye “a la hora de cómo nos ven y cómo vendemos nuestro producto”. A pesar de los cambios, “seguimos preocupados por los temas previos a la pandemia”, aseguró Valero.
Jorge Cabeza compartió con sus alumnos su experiencia profesional que comenzó con una beca Erasmus “como primera aproximación al ámbito internacional” y que recomendó a todos los asistentes. Su segunda experiencia internacional, ya en ámbito profesional, fue con una beca ICEX que le permitió comenzar su carrera en Angola y que le ha permitido seguir su labor como experto en esta zona.
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Cabeza hizo una reflexión sobre cómo estamos afrontando la crisis: “Estamos en el siglo XIX en términos de solución de la pandemia. Sin embargo, el comercio exterior ha seguido avanzando, es un paradigma”. Aun así, Cabeza se mostró optimista porque aseguró que “tenemos herramientas para que el vaso medio lleno de hoy se llene por completo”.
Para solucionar el problema de la movilidad restringida a nivel internacional, Valero aseguró que han puesto el foco en el teletrabajo y, concretamente, en la “sobre comunicación”. Han hecho especial hincapié en comunicarse con su equipo en todo momento y con sus clientes para estar informados de qué hacía cada miembro del equipo y para mantener la relación con el cliente. Aunque confiesa que han mantenido un 10% de las reuniones físicas “porque a veces es necesario mantener este tipo de contacto”.
Ambos profesionales han detectado que “las tecnologías han servido para humanizar y contextualizar la vida de nuestros compañeros, eso es un enriquecimiento”.
Cabeza, además, aseguró que este tiempo ha ayudado a “quitarnos bastantes prejuicios porque pensamos que tendríamos problemas tecnológicos con algunos países como Angola que, a priori, parece difícil que puedan organizarse digitalmente, pero nos han sorprendido gratamente”.
Los dos coincidieron que esta época se caracteriza por el cambio constante en los mercados y en la necesidad de ir creando nuevos planes constantemente.
- Reproducción del artículo publicado por la Universidad Nebrija en su página web el 30 de octubre. Puedes verlo pulsando aquí.
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